La nueva Sala Nacional de Conciertos de Vilna en Lituania se asienta en la cima del cerro Tauras. Desde aquí se puede visualizar toda la ciudad de Vilnius, generando un eje que va desde el municipio hasta la plaza Lukiškės, terminando en el antiguo cementerio evangélico.

Como un llamado a la memoria, intentamos mantener la volumetría del edificio existente ubicando en su huella el Salón Principal. Dividimos el programa en tres volúmenes: las dos salas de conciertos y las actividades públicas. El eje visual que atraviesa el proyecto y la montaña, se traduce en el acceso principal al edificio, generando una gran "fisura" entre los volúmenes.  

Se proponen dos puntos activadores principales, uno en el este (área de exposición y educacional ) y otro en el oeste (en respuesta al punto de desembarque de vehículos particulares).

La plástica del proyecto hace un llamado a las casas tradicionales de madera en Lituania.